sábado, 23 de diciembre de 2006

El Gordo de Navidad y la lotería de la Vida

Faltan dos días de nada para que llegue la Navidad... pero para mí es como si ya hubiera empezado. Porque cuando escuchas a los niños de San Ildefonso cantar los números de la lotería de Navidad (con sus nervios y sus gallitos...), sabes que pocos días después te van a tocar las típicas comidas y cenas en familia de Nochebuena, Navidad y San Esteban (aquí en Catalunya se celebra, es día festivo). La lotería de Navidad es el pistoletazo de salida psicológico, por mucho que lo intenten El Corte Inglés y las luces que 3 meses antes se ponen por las calles de la ciudad...

Y porque cada año se repite el mismo drama y la misma alegría a la vez: a unos les ha tocado el Gordo y a otros no. Ves la alegría desbordante de los que ya son millonarios en todos los informativos de todas las cadenas ese mismo día... Compruebas con tu triste número en mano y una envidia del copón que efectivamente otro año más no te ha tocado nada... Ni siquiera una pedrea, una devolución...Todos estos sentimientos ya son todo un clásico de la Navidad, los asocias a ella!

Luego siempre piensas que ya no comprarás más lotería en tu puta vida...Pero al año siguiente resbalas y caes como un miserable...¡y compras otra vez! Y con ilusión renovada además... ¡Aunque sea un número!(es mi tesssoro) ¡Para que haya siquiera una oportunidad! Porque basta que digas “bah!, este año no compro...” ¡para que te toque! Sería aún peor. Imperdonable. Así, si al menos compras uno, no te sientes culpable...Porque es como si ya hubieras cumplido con la Suerte( la Mala Suerte).

También dicen algunos en plan irónico que el día del Gordo, para aquellos a quienes no les ha tocado, es el día de la salud. Pues sí, no le falta razón. Pero yo lo remarco sin ironías. Porque cuando ves por la tele otras noticias como los muertos por accidente en la carretera o esas pobres mujeres maltratadas que finalmente han muerto en manos de sus parejas, piensas que la lotería ya te ha tocado: la de seguir viva en este mundo.

Es verdad que con unos cuantos millones en el bolsillo te hacen feliz, te resuelven muchas cosas (la hipoteca de una casa, las deudas, caprichos, etc). Pero hay otras tantas que no se pagan con dinero...Como es estar bien de salud( ¿ qué sería de nuestra vida si de repente nos quedáramos ciegos, o tuviéramos que ir en silla de ruedas para el resto de nuestros días?), tener buenos amigos y una familia que te apoye (aunque tus padres sean unos palizas, los quieres hasta el infinito...), vivir en un país en Paz... Porque no dejo de pensar ¿cómo debían ser las navidades de nuestros abuelos hace 70 años, durante la Guerra Civil Española?, ¿Cómo serán las navidades en el actual Líbano, en Palestina, en Iraq y en tantos otros países en guerra?

Y vivimos (la mayoría de una minoría) como reyes a la vista de los pobres que hay en el mundo. No nos falta lo más importante...como el agua potable (cada vez más es un bien escaso, hay guerras por ella...),un plato de comida cada día, un abrigo, una ducha caliente, un techo, una educación... Los problemas banales como la estética, los quilos de más, las peleas y los rencores por tonterías entre unos y otros...Todo eso no tiene importancia ante lo trascendental de la vida...

Por eso, no me cansaría de agradecer mi suerte, mi lotería de navidad y de todos los días de vivir aquí y ahora en este instante...

1 comentario:

Anónimo dijo...

que razón que tienes ana!!
salud... y estar aqui