miércoles, 25 de junio de 2008

Llegan las vacaciones

Y toca trabajar para no perder la costumbre. Después de dos entrevistas de trabajo inútiles, hoy se confirma mi regreso a la oficina de Correos de mi ciudad desde el día 1 de julio al 31 de agosto.

La verdad es que estoy bastante contenta, porque trabajo como este no voy a encontrar. De lunes a viernes y por la mañana, teniendo toda la santa tarde y noche libre para mí.

Los inconvenientes serán el madrugar a las 6 y media de la mañana, y saber qué zona me tocará para repartir...que ojalá no me toque la zona más chunga de los barrios altos con cuestas y escaleras a cascoporro...Me conformaría con el puesto del año pasado...que aunque algo cansadete, por estar algo lejos de la oficina, yendo a mi ritmo iba haciendo bastante bien.

Pero bueno, todo esfuerzo será recompensado con un apetecible sueldo (que en otro sitio ganaría trabajando más del doble de tiempo y esfuerzo), que es lo que cuenta al fin y al cabo, ganar pasta para todo lo necesario que venga por delante...

En fin, todavía quedan días para practicar el bello arte de la vagancia durante las 24h. ¡Hay que aprovecharlos! Aunque me toca el tema papeleo para hacer la matrícula de segundo curso, que siempre es un palo...

Para acabar, la foto de cosecha de una vela vista desde la playa de la Barceloneta en un atardecer de hace un año:



Ahora le di tonos azules, que tanto me gustan para hacer un cambio de caberera y de aspecto general al blog, y que van bien para el verano que ya ha llegado definitivamente (la calle no se puede estar, sencillamente los sesos se derriten!)


Y el paisaje me inspira a poner esta pedazo de canción:



Tu pequeña tienda - Manolo García

Hay sobre las puertas agrietadas
cruces de pita seca.
Y en aleros desconchados
cuelgan mazorcas regadas de alberca.
Y yo me siento ante la mesa vieja frente al paisaje
a contemplar; a regentar tu tienda
y fluir con la tarde.

Hay sobre las puertas que han vivido
otras manos, otros roces, otras dichas,
y en sus despintadas vetas,
dignidad de rincón tibio, de cueva,
de taberna.
Es tu figón, tu pequeña tienda.
Y yo me siento ante la mesa vieja
frente al paisaje
a contemplar, a regentar la tienda
y fluir con la tarde.

Y yo me siento ante la mesa vieja
frente al paisaje
a contemplar el valle,
a regentar la tienda
y pasar la tarde.

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